jueves, 26 de febrero de 2009

DULCE RESIGNACIÓN



¿Puede una caja de bombones conseguir la misma oxitocina derivada de un orgasmo satisfactorio? Para lamento de los románticos, todo apunta a que sí... En la Universidad de Pittsburgh, los farmacólogos Janet Amico y Regis Vollmer han averiguado que la oxitocina está también detrás de la adicción a dulces, golosinas y chocolate. Empleando de nuevo ratas de laboratorio, ambos farmacólogos descubrieron que los animales con menor tasa de oxitocina en la sangre desarrollaban un apetito especial por las dietas ricas en glucosa y, mediante su consumo, reproducían las conductas maternales propias de animales con un buen nivel de oxitocina (y sin necesidad de tomar parte en actos sexuales).
Lo malo, apuntan los investigadores, es que la saciedad se pierde y los animales quedan enganchados en una dependencia permanente de dulces. No es ningún secreto tampoco que el chocolate, alimento rico en feniletilamina, ayuda a suplir las carencias de oxitocina debidas a una abstinencia sexual, o que un ejercicio físico regular permite liberaciones de adrenalina y serotonina que disimulan lo que en verdad falta. Amico y Vollmer no han extrapolado todavía su experimento animal en la clínica humana, pero advierten ya del peligro de que niveles anormales e indetectados de oxitocina estén detrás de muchos síndromes metabólicos y obesidades.

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